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Dhazi: arquitecto y seguidor del feng shui

Dhazi estudió en España el año que empezó la crisis, ahora dirige un estudio
de arquitectura en Shanghái donde sigue el feng shui a rajatabla.

TEMPORADA 1
Noviembre, 2012 · Shanghai · China
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Dhazi: arquitecto y seguidor del feng shui

TEMPORADA 1
Diciembre, 2012 · Shanghai · China

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Dhazi Lu nació hace 35 años en Harbin, una ciudad muy fría situada en el extremo norte de China. Ahora vive en Shanghái, pero no le gusta demasiado la ciudad, preferiría vivir lejos de los rascacielos, «en un lugar donde poder tomar un café al sol». En la ciudad la gente está muy ocupada, sobre todo los jóvenes, en China se invierte mucho tiempo para conseguir un buen trabajo.

Dhazi es arquitecto. Cuando era pequeño le gustaba construir estructuras de Lego, aunque su sueño de la infancia era ser conductor de tren. Vivía cerca de una vía y jugaba con sus amigos a poner clavos en los raíles para que, al pasar el tren, se quedaran aplastados y pudieran utilizarlos como espadas.

Dhazi es un enamorado de las obras de Gaudí, al igual que su mujer que también es arquitecta y siempre había querido ir a Barcelona, por eso decidieron ir a España para estudiar un máster en 2008. Sin embargo, ese mismo año en España empezó la crisis y les resultó muy difícil encontrar un trabajo.

Lo que más les sorprendió a Dhazi al llegar a España es que la vida parece paralizarse el domingo. Llegaron a Barcelona un sábado por la noche y al día siguiente no sabían dónde ir a comer. «Dicen que los chinos trabajamos mucho, por lo menos más que los españoles».

Lu, que es el nombre por el que le conocen sus amigos catalanes, estuvo dos años y medio en España, viajó por muchos países europeos y fue voluntario durante medio año en un parque ecológico del Pirineo catalán.

Su sueño es vivir en una villa. En el escritorio de su ordenador hay una fotografía de un paisaje verde y recóndito que no se parece en nada al paisaje habitual de rascacielos de Shanghái, quizás por este motivo, decidió incorporar la naturaleza a la arquitectura y poner en sus diseños elementos naturales como árboles, piedras, setas y agua.

Dhazi se unió como socio a Topotown cuando regresó de Barcelona en 2011. En España no consiguió encontrar trabajo, sin embargo en Shanghai tiene ahora un equipo de diez personas a su cargo.

La oficina de la empresa donde trabaja es amplia, luminosa, organizada en diversos compartimentos de madera. Por el despacho merodea un gato que caza los ratones, «se llama Mimi, como casi todos los gatos de China, se les llama así porque maúllan.»

En la entrada de la empresa hay un gran acuario de peces de colores naranjas. Lu dice que, de acuerdo con el feng shui, su fecha de nacimiento tiene mucho fuego y debe poner algo en su entorno que tenga relación con el agua. Este método milenario chino balancea las energías, se considera que al armonizar las fuerzas de la tierra y el cielo con la energía de cada persona, se puede atraer más fácilmente el bienestar y la prosperidad.

Dhazi sigue esta teoría a rajatabla. En la parte izquierda de su mesa de trabajo tiene un matasellos con su nombre y banderas como símbolo de poder y suerte. Como recuerdo de sus años en Barcelona, ha colocado en una misma estructura una bandera de China y otra de España.

«Quizás sea supersticioso, pero si funciona, muy bien, si no funciona no puedo perder nada»

En una de las paredes de su casa cuelga un calendario tradicional chino, existe desde hace más de dos mil años e indica las fechas buenas y malas. «En los días malos no se pueden hacer las cosas importantes, es una guía para hacer las cosas de la vida».

En su casa también se encuentra una planta sobre una repisa que divide el baño y la entrada, esto es debido a que la energía del lavabo no puede pasar directamente a la puerta. La pareja quería tener una hija guapa, así que de acuerdo con la teoría feng shui, colocaron una foto de una niña que consideraban guapa en el sudeste de su apartamento.

El momento más feliz de un día para Dhazi, es cuando llega a casa por la noche y coge a su hija pequeña en sus brazos. Le gustaría tener más tiempo para su bebé de seis meses Dingyao Lu, pero le resulta difícil al tener que viajar regularmente a otras ciudades chinas por trabajo.

Dhazi preferiría que su hija no sea arquitecta, para él este es un trabajo muy duro. Preferiría que su hija tenga una vida más relajada, viaje fuera de China para dar la vuelta al mundo y luego pueda decidir qué es lo que realmente le gusta. Dhazi quisiera vivir en una China más democrática.

«En mi país hay demasiada gente, hay censura…No puedo usar Facebook ni Youtube. Un país opresor no es una tierra para el arte»

Agradecimientos: Albert Planas y Ying Zhou.

Autores: Ana Salvá / Joan Planas

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Lee la historia en inglés gracias a la traducciónd de The Tangible Dream