Cómo conocimos a Craig

En Hong Kong nos encontramos por casualidad a nuestro amigo Stewart, el protagonista de la historia de la Gran Muralla China, que estaba renovando el visado porque había encontrado un trabajo de camarero en un hostal de Yangshuo.

Cuando conocimos a Stewart nos dijo que quería ir a “ese lugar de las montañitas” que aparece en los billetes de 20 yuanes, por eso sabíamos lo importante que era para él haber encontrado este trabajo. Unas semanas más tarde fuimos a verle a Yangshuo, que es la clase de lugar que estábamos buscando para quedarnos tranquilos unos días diseñando la nueva página web y la versión inglesa de BH.

Stewart y Joan en Yangshuo, ¿verdad que es buen lugar donde quedarse unos días?

La dueña del hostal donde trabajaba Stewart nos hizo un buen precio para quedarnos en su hostal Monkey Jane, 50 yuanes la noche por una habitación doble con baño, el mejor precio que habíamos conseguido en China hasta la fecha. La dueña del hostal, Jane, estaba enamorada de Stewart, intuimos que ese es el motivo del buen precio de la habitación. Sin embargo, el hostal no era el mejor lugar de trabajo para nosotros. Había una fiesta constante y todos los días a la una de la mañana Internet dejaba de funcionar porque cortaban la conexión al cerrar el bar. Además, la habitación tampoco era el mejor lugar para dejar todo nuestro material, ya que aunque funciona con tarjeta electrónica y aparentemente este sistema es muy seguro, entraron más de cuatro personas con una tarjeta maestra mientras nosotros estábamos dentro, algunos porque se les había asignado esa habitación en recepción, y en otra ocasión porque el hijo de la dueña por la noche busca una habitación donde dormir y pensaba que la nuestra estaba vacía.

Dormir en el hostal donde trabajaba Stewart no nos salía rentable, por mucho que costara 50 yuanes. Teníamos que estar pendientes de quién entraba en la habitación, se cortaba la conexión a Internet por la noche y no era un lugar cómodo para trabajar, no teníamos escritorio y en la recepción hacía un frío que nos dejaba los dedos sin palabras que teclear, no obstante, a esto ya estábamos algo acostumbrados en China, en una ocasión montamos la oficina en el lavabo para calentarnos con los focos de calor.

¡Qué agustito!

Cuando se acercó el día de Año Nuevo Chino, nos cambiaron de habitación a una con literas de la planta baja y Jane hablaba de subirnos el precio, así que empezamos a buscar un nuevo hostal.

En la misma calle del Monkey Jane encontramos el hostal “11” que tiene una recepción muy agradable para trabajar y la habitación es maravillosa al lado de lo que teníamos. Nos dejaban la habitación por 90 yuanes. Al día siguiente regresamos al hostal ofreciendo quedarnos dos semanas y un vídeo gratuito para promocionar del hostal a cambio de un precio más ajustado. El dueño miró el calendario, fue al hall donde había un grupo de chinos arreglando un aparato, lo trajo, lo reparó, lo devolvió, siguió mirando el calendario y escribió varios números. En el papel estaban escritos los días de la semana y un precio para cada uno; 100 yuanes los primeros días, 180 yuanes los días de Año Nuevo y 90 yuanes los días restantes. Le habíamos ofrecido quedarnos muchos días y hacer un vídeo gratuito del hostal, y nos había subido el precio. Nos han dicho alguna vez que los chinos en los negocios no piensan a largo plazo, sino en el dinero inmediato.

Un parque de Yangshuo «tematizado» por el Año Nuevo Chino

Ese mismo día, mientras pensábamos dónde alojarnos, quedamos con Craig para tomar algo en una cafetería de Yangshuo. Nos habían hablado mucho y muy bien de él dos chicas españolas que habíamos conocido la azotea del Monkey Jane, nos contaron que era un profesor de inglés muy querido de la escuela donde ellas trabajaban como voluntarias. Sin embargo, habíamos terminado la primera temporada y no teníamos intención de documentar todavía una historia de la segunda, pero cuando hablamos con él nos gustó mucho lo que transmitía, sus ideas y su forma de expresarse.

Cuando le propusimos a Craig que fuera una de nuestras historias nos ofreció alojarnos en su casa. Nosotros no teníamos un buen sitio en el que quedarnos, así que aceptamos la invitación muy contentos y agradecidos Al día siguiente ya vivíamos en su piso, nos dejó una habitación, una estufa y unas llaves, y nos quedamos encerrados literalmente dos semanas.

La estufa y Joan fueron inseparables, hasta le puso una silla

Cuando la nueva página web y las traducciones de BH estuvieron listas, documentamos la historia de Craig y ya teníamos mucha confianza, habíamos establecido una amistad después de estar tantos días alojados en su casa. Mantener una estrecha relación con los protagonistas es importante, sobre todo teniendo en cuenta el tipo de entrevistas que hacemos, que siempre buscan el lado más íntimo y emocional del personaje.

¡Con una mano!

**Como curiosidad, mientras estábamos en Yangshuo Stewart dejó su trabajo en Monkey Jane, muy a pesar de Jane, y trabajó una temporada como profesor de inglés en la misma escuela que Craig.